Este cortometraje nos cuenta la historia de Will (Nick
Vujicic), “un hombre olvidado por Dios”, quien sin extremidades vive sus
días como principal atracción en un circo de rarezas. En este lugar la vida es
dura, ya que se lleva la discapacidad al nivel del morbo, donde el inválido es
visto como una víctima que debe ser expuesta en público para evidenciar algo
así como “los errores de la naturaleza”.
Es en este contexto en el que Will logra unirse al
“Circo de la Mariposa”, una especie de pandilla de hombres, también extraños,
que han hecho de la diferencia, una virtud. Este circo, liderado por Méndez
(Eduardo Verasategui) recorre el Estados Unidos de 1930, un país en crisis
tanto económica como moral, llevando este mensaje de superación y alegría.
En este viaje de transformación, lo primero que debe
hacer Will, es dejar de verse como una atracción de circo, y aceptar su
condición y diferencia, hasta lograr sacar provecho desde su posición. El viaje
es largo y doloroso, ya que su vivencia pasada ejerce mucha fuerza,
convenciéndolo de que sin pies ni manos no se es capaz de nada.
Pero poco a poco Will comienza a observar este show
diferente, protagonizado por hombres y mujeres que aunque ahora gozan de
popularidad, también esconden historias de dolor, soledad y discriminación,
pero que al negarse a mostrar el mundo de las imperfecciones humanas, lograron
ser artífices de un espectáculo virtuoso.
Así Will comprobará que sí es capaz de muchas cosas, y
quizás de la más importante de todas: ser un ejemplo y motivar a que otros se
superen.
Tal como dice Méndez, “Mientras mayor es la lucha, más
glorioso es el triunfo” y este corto no es más que la demostración de este acto
de aceptación personal.
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